Cómo elegir tu primer telescopio: Guía para principiantes

¡Bienvenido al fascinante mundo de la astronomía! Elegir tu primer telescopio puede ser emocionante, pero también abrumador debido a la gran variedad de opciones disponibles. Esta guía te ayudará a tomar una decisión informada para que puedas disfrutar al máximo de la astronomía.

 


 

1. Define tus objetivos: ¿Qué quieres observar?

Antes de gastar un solo euro, la pregunta más importante que debes hacerte es:

¿Qué me emociona explorar en el universo? Tu respuesta determinará el telescopio perfecto para ti.

Aquí tienes las opciones más comunes y cómo influyen en tu elección:

Planetas y Luna: Si te imaginas admirando los cráteres de la Luna, los anillos de Saturno, o las bandas ecuatoriales de Júpiter, necesitas un telescopio que ofrezca imágenes nítidas y buen contraste. Prioriza la resolución (capacidad de mostrar detalles finos) sobre los aumentos excesivos. Por ejemplo, un telescopio con focales largas como los refractores serán tu mejor opción.

Cielo profundo (galaxias, nebulosas, cúmulos): ¿Sueñas con la Nebulosa de Orión (M42) o el cúmulo estelar de las Pléyades? Estos objetos son más tenues y distantes, así que necesitas un telescopio con gran apertura (100 mm o más) para captar la mayor cantidad de luz posible. Por ejemplo, un reflector de 130 mm, será tu mejor aliado para observar los objetos más difusos del universo.

Un poco de todo: Si eres principiante y quieres explorar tanto el Sistema Solar como los objetos más brillantes del cielo profundo,  quizás la opción más viable por precio y versatilidad sea un telescopio reflector newtoniano en montura Dobson, uno de 6″ o 8″, sería tu mejor aliado.

 

2. Olvida los aumentos: La Apertura es más importante

Cuando buscas tu primer telescopio, es fácil caer en la trampa de los anuncios que gritan “¡600x aumentos!” como si eso fuera lo más importante. ¡Para el carro! El verdadero superpoder de un telescopio no está en cuánto “zoom” hace, sino en cuánta luz puede captar.

Esto se llama apertura, y es el diámetro de la lente principal (en refractores) o del espejo principal (en reflectores), medido en milímetros o pulgadas.

Entonces, ¿por qué la apertura es más importante? Básicamente, más luz = más detalles.

Un telescopio con mayor apertura recoge más fotones (partículas de luz), lo que te permite ver objetos más tenues, como galaxias lejanas o nebulosas, con mayor claridad y detalle. Piensa en la apertura como el tamaño de una ventana: cuanto más grande, más luz entra y más ves del universo.

Por otro lado, que un telescopio soporte un determinado número de aumentos no significa que puedas utilizarlos siempre, pues dependerás de factores ajenos, principalmente de la luminosidad del objeto que quieras observar y de las condiciones atmosféricas en ese momento.

Lo ideal es encontrar ese punto óptimo de aumentos que te permita ver buenos detalles sin sacrificar la calidad de imagen.

 

3. Conoce los tipos de telescopios

Existen tres tipos principales de telescopios, cada uno con sus propias fortalezas y debilidades, lo que debes entender de primeras, es que el telescopio perfecto no existe. Esto no significa que no puedas usar un refractor para observar objetos de cielo profundo o un reflector para planetas, sí que puedes observar de todo con cualquiera de ellos, pero cada tipo está mejor adaptado a ciertos usos específicos.

 

a) Refractores:

Cómo funcionan: Usan lentes para enfocar la luz, como una lupa gigante.

Para qué sirven: Son excelentes para ver la Luna, planetas y estrellas brillantes. Dan imágenes muy nítidas y con buen contraste.

Ventajas: Fáciles de usar, no necesitan mucho mantenimiento y son ideales para principiantes.

Desventajas: A medida que aumentan en apertura se vuelven más caros. No son los mejores para objetos débiles como galaxias o nebulosas.

Algunos ejemplos entre 150 y 500 €:

(Refractor 70 – 900)

(Refractor 90 – 900)

(Refractor 90 – 1000)

(Refractor 102 – 660)

 

b) Reflectores: 

Cómo funcionan: Usan espejos para recolectar y enfocar la luz.

Para qué sirven: Son ideales para ver objetos de cielo profundo (galaxias, nebulosas, cúmulos), porque captan mucha luz.

Ventajas: Ofrecen mucha potencia por menos dinero (mejor relación costo-apertura). Perfectos para quienes quieren explorar el universo profundo.

Desventajas: Requieren de mantenimiento ocasional (alinear los espejos, un proceso llamado colimación). Además, pueden ser más voluminosos y menos portátiles.

Algunos ejemplos entre 200 y 500 €:

(Reflector 130 – 900)

(Reflector 150 – 750)

(Reflector 150 – 750 EQ3-2)

(Dobson 8″ 203/1200)

 

c) Cassegrain (Catadióptricos): 

Cómo funcionan: Combinan lentes y espejos para crear un diseño compacto.

Para qué sirven: Son versátiles, buenos tanto para planetas como para cielo profundo.

Ventajas: Compactos y fáciles de transportar. Muchos modelos vienen con sistemas computerizados (GoTo) que encuentran objetos por ti.

Desventajas: Suelen ser más caros que los reflectores de tamaño similar y requieren algo de aprendizaje técnico.

Algunos ejemplos entre 400 y 1000 €:

(Mak 102/1300)

(SCHMIDT-CASSEGRAIN 127/1270)

 

4. Elige un montura estable

Imagina que tienes la Luna perfectamente enfocada en tu telescopio, pero de repente… ¡se mueve y desaparece del visor! Esto pasa porque la Tierra gira, haciendo que los objetos celestes parezcan desplazarse en el cielo.

En este punto es donde entra en juego la montura, el soporte que sostiene tu telescopio. Una buena montura mantiene la imagen estable, sin temblores, y te ayuda a seguir los objetos en el cielo sin frustraciones.

¿Por qué necesitas una montura que funcione bien?

Estabilidad: Una montura sólida evita que el telescopio vibre, especialmente si hay viento o tocas el equipo.

Seguimiento suave: Como la Tierra gira, los objetos como la Luna o las estrellas se mueven lentamente fuera de tu campo de visión. Una buena montura te permite ajustar el telescopio para seguirlos sin perderlos.

Por ejemplo, si centras la Luna en tu telescopio, en pocos minutos se deslizará fuera del encuadre. Con una montura de calidad, puedes mover el telescopio suavemente para mantenerla a la vista.

 

Tipos de monturas: ¿Cuál es mejor para ti? Existen dos tipos principales de monturas, y cada una tiene su estilo:

a). Montura altazimutal:

Cómo funciona: Se mueve como un trípode de cámara, es decir, hacia arriba/abajo (altitud) y izquierda/derecha (azimut).

Ventajas: Es súper intuitiva, ideal para principiantes. Son las utilizadas si deseas usarlo como telescopio terrestre. ¡Apuntas y listo!

Cómo sigues el objeto: Tendrás que ajustar manualmente en ambas direcciones (arriba/abajo e izquierda/derecha) para seguir el movimiento del cielo.

Ejemplo: Perfecta para observaciones rápidas o si estás empezando.

 

 

b). Montura ecuatorial:

Cómo funciona: Está diseñada para alinearse con el eje de rotación de la Tierra, lo que simplifica el seguimiento.

Ventajas: Una vez alineada (lo que requiere algo de práctica), solo necesitas moverla en una dirección (izquierda/derecha) para seguir un objeto. La montura compensa el movimiento de arriba/abajo automáticamente.

Cómo sigues el objeto: Ajustas solo un eje, lo que hace el seguimiento más cómodo a largo plazo.

Ejemplo: Ideal si planeas observaciones largas o quieres adentrarte más en la astronomía. Si consigues una buena montura de base podrías computarizarla para facilitar tus observaciones, así como también para usarla en sesiones de astrofotografía.

 

También existe una tercera opción, la montura Dobsoniana: Es robusta para reflectores grandes, que ofrecen la máxima apertura al mejor precio y es la favorita de los observadores visuales de cielo profundo.

 

Una montura de calidad es como un buen compañero de aventuras: mantiene todo estable y te ayuda a no perder de vista lo que observas. Si eres principiante, una montura altazimutal es más fácil de usar. Si quieres algo más avanzado y no te importa practicar, una montura ecuatorial hará que seguir las estrellas sea pan comido.

 

5. Accesorios esenciales para mejorar tu experiencia

Un telescopio no viene listo para todo. Algunos accesorios marcarán la diferencia en calidad y facilidad en tus observaciones:

Oculares: Cambiar el ocular es como cambiar el “zoom” de tu telescopio. Uno de 40 mm te da un campo de visión más amplio; uno de 10 mm, te dará menos campo pero aumenta el detalle, útil para planetas y Luna. Tener una variedad de oculares de distinta distancia focal te dará mucha más flexibilidad.

Filtro lunar: Para algunas personas, el brillo de la Luna puede ser molesto, un filtro lunar reduce el brillo y permite disfrutar mejor de sus detalles.

Buscador: Un pequeño visor (óptico o de punto rojo) que ayuda a apuntar el telescopio. Asegúrate de que tu telescopio incluya uno.

Aplicaciones: Descargar Stellarium (gratis) o StarWalk, te servirán de gran ayuda para planificar tus observaciones y aprender el cielo.

 

6. Expectativas realistas

El universo no es un fondo de pantalla, por lo tanto, no esperes ver galaxias como en las fotos del telescopio Hubble.

La astronomía visual es una experiencia única: los planetas aparecerán pequeños pero definidos, y las nebulosas serán sutiles pero mágicas. Con práctica, aprenderás a distinguir detalles y a disfrutar cada observación. Por ejemplo, ver los anillos de Saturno por primera vez es algo que nunca olvidarás.

 


 

Elegir tu primer telescopio es solo el comienzo de una aventura increíble. Imagina apuntar al cielo, enfocar Júpiter y ver sus lunas como pequeños puntos brillantes, o descubrir la Nebulosa del Anillo (M57) como un delicado anillo de humo.

Con el telescopio adecuado, paciencia y un poco de práctica, el universo estará a tu alcance. ¡Sal esta noche, mira al cielo y déjate sorprender!

Discover Experience

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