Encélado, el océano helado de Saturno
Si has estado siguiendo las noticias del universo en los últimos meses, habrás oído hablar de Encélado, una de las lunas más fascinantes de Saturno. No es la más brillante y tampoco la más grande, pero en 2025, ha vuelto a darnos titulares con descubrimientos que avivan la esperanza de encontrar vida fuera de la Tierra.
Imagínate un mundo cubierto de hielo puro, con un océano subterráneo cálido y rico en compuestos orgánicos… Suena a ciencia ficción, ¿verdad? Pues es real, y hoy te contamos sobre esta joya saturnina. Conoce más a continuación.
Un Gigante Pequeño con un Corazón Líquido
Encélado es la sexta luna más grande de Saturno y la 18ª en todo el sistema solar. Con un diámetro de apenas 504 kilómetros, apenas un poco más grande que la distancia entre Madrid y Barcelona, parece un guijarro cósmico comparado con nuestro planeta.
Su superficie, completamente recubierta por hielo, es casi perfectamente esférica, lo que la hace única entre las lunas irregulares de Saturno y está compuesta principalmente de hielo de agua casi puro, con una densidad alta que sugiere un núcleo rocoso debajo. Pero lo que realmente la hace especial es su océano global subterráneo, un vasto mar de agua que se extiende bajo una corteza de hielo de entre 16 y 28 kilómetros de grosor.
Esta luna orbita Saturno cada 33 horas a unos 238.000 kilómetros de distancia, lo que la somete a fuerzas de marea intensas. Saturno la “estira y aprieta”, generando calor por fricción interna, un proceso llamado calentamiento de marea. Este calor mantiene el océano líquido a pesar de las temperaturas superficiales que rondan los -200 °C.

Mosaico de Encelado, la luna de Saturno, creado con imágenes capturadas por la nave espacial Cassini de la NASA el 9 de octubre de 2008. Crédito de la imagen: NASA/JPL/Space Science Institute
Géiseres de Hielo: Ventanas al Océano Oculto
Lo que hizo más conocida a Encelado en 2005 fue el descubrimiento de sus géiseres polares. La sonda Cassini de la NASA detectó chorros de vapor de agua y partículas de hielo que brotaban de “tigres estriados”, fisuras en forma de rayas en su polo sur.
Estos géiseres arrojan material a velocidades de hasta 400 metros por segundo, formando el anillo E de Saturno y creando una “cola” de plasma que se extiende por miles de kilómetros. De hecho, se ha confirmado la existencia de al menos 101 géiseres en erupción.
Estos chorros no son solo un espectáculo visual, son ventanas directas a su océano. El material expulsado contiene sales, sílice y gases como hidrógeno, metano y dióxido de carbono, evidencia de actividad hidrotermal en el fondo del océano, similar a los respiraderos en el fondo marino de la Tierra, donde podría haber surgido la vida primitiva.
En 2017, Cassini “bebió” de estos géiseres y confirmó la presencia de fosfatos, un ingrediente clave para el ADN y el ATP, la “moneda energética” de la vida.

La nave espacial Cassini de la NASA capturó esta imagen de Encelado el 30 de noviembre de 2010. La sombra del cuerpo de Encelado en las partes inferiores de los chorros es claramente visible. Crédito de la imagen: NASA/JPL-Caltech/Space Science Institute
Descubrimientos Recientes: Orgánicos y Calor que Cambian el Juego
En 2025, Encélado no para de sorprendernos. Un estudio publicado el 1 de octubre, basado en datos antiguos de Cassini, reveló una nueva variedad de compuestos orgánicos complejos en los géiseres: ésteres, alquenos y éteres. Estos no se habían detectado antes en el sistema de Saturno y provienen directamente del océano, analizando partículas capturadas minutos antes de su eyección.
Esto eleva la química de Encélado a un nivel “prebiótico”, con todos los bloques de construcción para la vida: carbono, hidrógeno, oxígeno, nitrógeno, fósforo y azufre. Pero espera, ¡hay más!
En noviembre, otro análisis de Cassini mostró flujo de calor inesperado en el polo norte, con temperaturas superficiales más cálidas de lo previsto, en datos recogidos de 2005 a 2015. Cuando se suma el calor del polo sur, libera una energía total de 54 gigavatios, esto es dos tercios de la energía geotérmica del Tierra. Esta emisión de calor es tan alta que explica como la luna mantiene su océano líquido.
Estos nuevos datos confirman que el océano puede mantenerse estable por miles de millones de años, ideal para la evolución de vida microbiana. Estos hallazgos, de datos de hace una década, demuestran cómo la ciencia sigue desentrañando secretos del pasado para iluminar el futuro y como subraya la necesidad de misiones a largo plazo a mundos oceánicos.

Imágenes de 14 horas crean esta secuencia de imágenes de la última observacion dedicada de la columna de Encélado por Cassini. Crédito de la imagen: NASA/JPL-Caltech/Instituto de Ciencias Espaciales
¿Vida en Encélado? Un Paso Más Cerca de la Respuesta
Con un océano cálido, energía hidrotermal y una sopa orgánica rica, Encélado cumple los tres pilares de la habitabilidad: agua líquida, fuentes de energía y química compleja. Expertos como los de la Universidad de Washington lo llaman “el candidato más prometedor” para vida extraterrestre en el sistema solar exterior.
¿Microbios en su fondo oceánico? ¿O algo más exótico? Aún no lo sabemos, pero el hidrógeno detectado sugiere metabolismo microbiano, como en las profundidades terrestres.
La NASA planea la misión Enceladus Life Finder (ELF) con una sonda que muestre directamente los géiseres en busca de biofirmas. Mientras, el telescopio James Webb ha captado espectros de los chorros, y Europa Clipper (lanzada en 2024) podría inspirar diseños similares. ¡Ojalá veamos una “Cassini 2.0” pronto!
En conclusión, Encélado nos recuerda que la vida podría florecer en los lugares más inesperados: bajo capas de hielo, en lunas distantes. En un año como 2025, con estos avances, el sueño de encontrar signos de vida fuera de la Tierra estaría más cerca.

English
